Finca Can Martí

Pertenece a la família Torelló desde el siglo XIV (1395) y ocupa 135 hectáreas en la comarca del Alt Penedès. Cultivamos las variedades de uva blanca Macabeu, Xarel.lo, Parellada, Malvasía, Chardonnay y Muscat, y las negras, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Syrah.

Icono de producto ecológico

VITICULTURA ECOLÓGICA.

Tanto los viñedos como los olivos de la finca Can Martí son ecológicos y están certificados como tal por el CCPAE (Consell Català de la Producció Agrària Ecològica), el órgano público encargado de vigilar el cumplimiento de la normativa europea.

Video en formato 3D que se adentra y muestra la finca Can Martí

Las normas de la producción ecológica prohiben el uso de productos y fertilitzantes de origen químico de síntesi y preveen su substitución por otros de origen natural. En la finca Can Martí se utilitza cobre, azufre y técnicas de confusión sexual y estiércol procedente de ganaderías ecológicas. Además, la viticultura ecológica persigue el incremento de la biodiversidad dentro y alrededor de la viña. En el interior mediante el empleo de la técnica de cubiertas vegetales entre las hileras de cepas que mejora el suelo, aporta nutrientes y aumenta los enemigos naturales que controlan las plagas. Las zonas arbustivas periféricas de las parcelas también permiten la proliferación de insectos, arácnidos, pájaros y réptiles, enemigos naturales de las plagas.

Fila de viñedos
Imagen de una pica y la tierra de la finca Can Marti formado a partir de sedimentos del Massís del Garraf

LOS SUELOS Y LA CLIMATOLOGÍA DE LA FINCA

Los suelos de la finca Can Martí se han formado a partir de sedimentos provenientes del Macizo del Garraf depositados hace miles de años. Una de las características más destacadas de los suelos de la finca es la presencia de acumulaciones de carbonato cálcico. El paso del agua de lluvia a través del suelo, disuelve los carbonatos presentes y los arrastra hasta cierta profundidad. La repetición continuada de este proceso acaba produciendo acumulaciones. Cuando éstas se hacen masivas, al cabo de miles de años, se cimentan y forman una capa dura que se denomina horizonte petrocálcico.

Esta capa dura limita la disponibilidad de agua de la viña y la producción, pero es un factor que da calidad a la uva. Estos tipos de suelos de la finca Can Martí tienen miles de años de edad y unas características especiales para la producción de uva de calidad. Por tanto son un patrimonio natural y un valor de producción a preservar.

La climatología en la finca Can Martí se caracteriza por ser típicamente mediterránea, temperada, propia de la zona litoral y prelitoral del sud de Cataluña. Durante el período 2006-2015 las temperaturas medias anuales fueron de 15 grados C, la lluvia media de 515 mm y la evapotranspiración de 1033 mm. La poca precipitación durante el verano favorece la buena maduración.

En la finca se conservan dos masías medievales, Can Martí de Dalt (Mas de la Torrevella) y Can Martí de Baix , sede de las bodegas y donde se ubican las instalaciones. Según expone la tesis doctoral cum laude del Dr. Arquitecto Joan Curós, Can Martí de Baix, escogida por el autor entre centenares, pertenece al tipo de “masía de viña” en la que todo el conjunto edificado se articulaba alrededor de un patio exterior, como espacio central de sus edificios, con una gran superficie y ubicada en medio de un terreno llano.

La masía constaba de tres plantas, la baja ocupada por el ganado y la bodega , la primera destinada a vivienda y la segunda, el desván, se dedicaba a almacenar y secar los productos recolectados y estaba construida por grandes muros de piedra con techo con vigas de madera y cubiertos con teja árabe.

Imagen aérea de la finca Can Marti de 3 plantas con un jardín y una piscina en medio

LA FLORA Y LA FAUNA DE LA FINCA

Están presentes más de 50 tipos de vegetación, entre ellas, la cepa, el olivo, el pino, el roble, la encina, el chopo, el sauce, el álamo, las zarzas, la cola de caballo, la hiedra, la retama, el hinojo, la achicoria, el orégano o el tomillo. Se han identificado más de 30 especies de aves, entre ellas, el tordo, el arrendajo, el gorrión, el ratonero, el jilguero, el pinzón, la garza real, la golondrina, la abubilla, la garza, el pato o la perdiz y 9 especies de mamífero, la zorra, el jabalí, la fajina, la jineta, el tejón, el conejo, la ardilla, el ratón de bosque y el murciélago. Se ha identificado también reptiles y anfibios como el dragón, el lagarto común, la lagartija ibérica, la tortuga de arroyo, la serpiente de agua, la salamandra, la rana roja, el sapo y la serpiente de collar. Cabe mencionar que el bosque es hábitat de muchos artrópodos, como por ejemplo insectos y arácnidos, que, al mismo tiempo, sirven de alimento a la gran mayoría de la fauna que allí habita.

En 2018 instalamos ocho cajas-nido para abejas, en uno de los bosques de nuestra finca de Can Martí. Las abejas juegan un papel fundamental en la sostenibilidad de la biodiversidad, dada su función polinizadora. No es el único insecto que poliniza, pero si uno de los que más eficacia tiene.

En Torelló intentamos contribuir con la salut del ecosistema y ahora ellas nos regalan una fantástica miel, fruto del trabajo de más de 800 mil abejas.